Entiendo la conciencia como un nexo que une lo material y lo espiritual, lo local y lo no local, el cielo y la Tierra, arriba y abajo… Cuando la conciencia se expande es como una mente abierta, pero a otro nivel. Permite la conexión entre los límites que nos envuelven y la información del todo. En ese todo hay respuestas y posibilidades infinitas. Esta es una de las cualidades de la energía o fuente. En este principio se basa la computación. Ya conocemos los ordenadores cuánticos, que son un reflejo de lo anterior. Si esas posibilidades no existieran en el todo, no podrían haberse clonado en un planeta. Por cierto, el nuestro no parece ser un planeta muy evolucionado. Por eso, y porque nos regimos por leyes materialistas, no entendemos muchos fenómenos y sus comportamientos, aunque sean reales y comprobables. Aunque, ¿quién tiene interés en verificarlos?
A lo largo de la historia ha habido varias revoluciones, y ahora necesitamos otra; esta vez es la revolución de la conciencia la que nos permitirá salir de este bucle de confusión y manipulación. Tenemos la responsabilidad de expandirla, para lo cual, lo primero es hacer consciente la importancia de hacerlo. Una vez que este proceso comienza, no hay retroceso. Las mejoras que aporta se hacen palpables. Las herramientas necesarias para conseguir esto no se compran en la ferretería. Son: voluntad, esfuerzo y constancia.
Cuando ampliamos la conciencia, nuestra vida cambia. Hay más alegría; la salud, especialmente la emocional y energética, mejora; cuando surge un contratiempo, llegan ideas en forma de posibilidades para solucionarlo; los enfados disminuyen, los gritos se calman, el sentimiento de amor se fortalece… en definitiva, la vida se ve desde otra perspectiva. Es normal que cambien situaciones como la económica o la social. Esto no es un ideal, es algo comprobado por aquellos que comenzaron el proceso. Y es posible porque somos energía, y estas cualidades son consecuencia de su naturaleza. Con la conciencia cerrada, la mente no ve estas opciones y piensa que la vida es así, o que «a mí me tocó esto». La vida no tiene límites porque aquello de lo que estamos compuestos no los tiene. Debemos hacerle saber a la mente que esto es así.
¿No lo crees? Pruébalo, tienes poco que perder y mucho que ganar.