En este artículo el escritor Avelino Martínez Granados (Almería) escribe las claves del proceso creativo de su nueva novela “Los dormidos”, una obra en la que el autor invita al lector a preguntarse si, como creemos, estamos despiertos ante los acontecimientos de un mundo que muchas veces escapa a nuestra comprensión.
Avelino Martínez Granados*
La creación de «Los Dormidos» fue un proceso de exploración personal y profesional. Como psicólogo transpersonal, he dedicado mi vida a entender la mente humana y la profundidad de la conciencia. Esta novela nació de la necesidad de compartir las experiencias y revelaciones que he acumulado a lo largo de los años en mi práctica clínica, y de mi deseo de transmitir estas ideas de forma accesible y envolvente.
El germen de la novela surgió al observar, una y otra vez, en mis sesiones de consulta, los patrones repetitivos de dolor, desconexión y búsqueda de sentido que los seres humanos experimentamos. Fue entonces cuando me planteé: ¿Cómo sería una sociedad que finalmente haya aprendido a vivir con conciencia, a partir de las experiencias y errores de la humanidad actual? ¿Qué principios y valores serían fundamentales para vivir de forma más plena y consciente?
Este cuestionamiento me llevó a imaginar un futuro lejano, 150 años por delante de nuestra realidad actual. Quería ir más allá de teorías y especulaciones, y proponer un mundo donde la humanidad finalmente haya comprendido los conceptos de salud, educación, política, economía, valores, el bien común, la empatía y el amor. Así nació la idea de «Los Dormidos».
La trama se desarrolla a través de los ojos de Ludas, un joven que inicia su viaje con una idea clara de lo que busca, pero que, como tantos de nosotros, acaba siendo desviado por sus propios deseos y contradicciones. Quería que Ludas fuera un reflejo de la dualidad humana: la búsqueda de la trascendencia y el anhelo por lo material y físico. En su viaje por los diversos continentes, Ludas se enfrenta a la evolución de sociedades que, aunque han alcanzado un alto nivel de conciencia, aún mantienen diferencias sutiles, mostrándonos que el camino hacia el crecimiento es continuo y que la diversidad siempre será parte de la experiencia humana.
Un elemento fundamental de la novela es la relación de Ludas con dos mujeres que representan los polos opuestos de su vida. Su amor idealizado por una compañera universitaria encarna la inocencia y el afecto que todos buscamos, mientras que su atracción por la figura poderosa y mayor que conoce durante su viaje representa la tentación y la confusión entre el amor y el deseo. Esta dinámica me permitió profundizar en la complejidad de las emociones humanas, cómo a veces nos dejamos llevar por lo que creemos que es el amor, cuando en realidad estamos persiguiendo algo más superficial y efímero.
A medida que Ludas avanza en su viaje, el relato se va entrelazando con flashbacks de las grandes catástrofes que llevaron a la humanidad a este punto de renacimiento. Quería plasmar cómo la falta de conciencia y el hecho de vivir «dormidos» condujeron a la destrucción y el dolor que, paradójicamente, fueron necesarios para despertar a una nueva realidad. Estas catástrofes no son simplemente eventos pasados, sino un reflejo de lo que podríamos estar viviendo si no aprendemos a conectar con nuestra esencia y a reconocer nuestro verdadero propósito.
El proceso de escritura fue, en sí mismo, un viaje. Decidí no planificar excesivamente, dejando que la intuición y la experiencia me guiaran. Cada día, al sentarme frente al teclado, sentía que estaba canalizando no solo mis ideas, sino también las voces de mis pacientes, sus historias, sus sueños y sus dolores. Por eso, «Los Dormidos» es mucho más que una novela de ciencia ficción; es una reflexión sobre la condición humana y un llamado a despertar y actuar antes de que sea demasiado tarde.
Quería asegurarme de que los temas fundamentales estuvieran presentes de manera natural, a través de la trama y de las experiencias de Ludas. Los conceptos de educación, política, economía, y los valores de la empatía, el amor, y la búsqueda del bien común, se integran en su viaje, no como lecciones moralizantes, sino como parte del descubrimiento personal del protagonista. Al construir este mundo futuro, imaginé una sociedad donde la justicia la impartieran robots, la libertad fuera genuina y el aprendizaje fuera la base del crecimiento personal.
«Los Dormidos» es una novela que invita a los lectores a cuestionar su realidad, a reconocer los errores del pasado y a proyectarse hacia un futuro que aún puede ser moldeado. La historia de Ludas es la historia de todos nosotros, un espejo de nuestras luchas internas y de nuestra capacidad de transformación.
Al final del proceso, me encontré no solo con una novela, sino con un testimonio de mi propia búsqueda y una herramienta para sacudir a aquellos que están dispuestos a cuestionar si, al igual que Ludas, están despiertos o siguen dormidos.
*Escritor y psicólogo.