El estado de la salud mental en nuestra sociedad es preocupante, con un 33% de la población española reconociendo haber experimentado problemas en este ámbito. Estos desórdenes pueden abarcar desde simples obsesiones hasta llevarnos al borde de la locura. Los trastornos psicóticos agravan aún más el problema, y aunque la ciencia ha desarrollado tratamientos, como la medicación que bloquea receptores, no se ha encontrado una solución definitiva.
Desde una perspectiva energética, estos trastornos se abordan de manera diferente. Se comprenden como desequilibrios energéticos o influencias de energías externas que no pertenecen al individuo afectado, llegando a anular la personalidad y transmitir rasgos de experiencias pasadas, lo que confunde y despersonaliza al paciente. Hay numerosos testimonios que acreditan esta concepción como un hecho comprobado.